Complejidad y sociedad. Una rápida mirada

Complejidad y sociedad. Una mirada rápida.

Por: Antonio G. Rodiles.

Introducción.

Las ideologías han jugado un papel fundamental en los últimos 200 años proporcionando un marco de referencia para que diversos grupos humanos e individuos se proyecten intelectual, social y políticamente. El pensamiento científico tuvo un impacto crucial en la conformación de varias corrientes ideológicas creando una base analítica que permitió interpretar la realidad y al mismo tiempo generar un método deductivo.

A partir del siglo XVI la visión newtoniana mantuvo su hegemonía hasta que a finales del siglo XIX comenzaron a manifestarse visiones diferentes dentro del mundo científico. Diversas paradojas y resultados contradictorios plantearon la búsqueda de nuevos paradigmas. Ese proceso no se ha detenido y en los últimos años han aparecido nuevos conceptos como una necesidad de responder al estudio de fenómenos más “complejos”.

En este artículo explico cuáles son los principales conceptos del pensamiento complejo y como este ha influido profundamente en el estudio de las sociedades contemporáneas. El texto termina con un escueto análisis sobre la realidad cubana.

El paradigma mecanicista.

La visión mecanicista conocida también como newtoniana ha descansado básicamente sobre los pilares del determinismo y el reduccionismo.

El reduccionismo plantea la hipótesis de que podemos estudiar y comprender un sistema reduciéndolo a la suma de sus partes constitutivas. Mientras que el determinismo, implica que una vez reducido el sistema y partiendo de ciertas condiciones iníciales, podremos predecir cualquier instante futuro. También asume que todas las variables medidas, nos pueden proporcionar valores inmediatos.

Sin embargo desde finales del siglo XIX esta visión comenzó a afrontar algunas contradicciones, dando paso al surgimiento de la mecánica cuántica que cuestionaba los anteriores presupuestos.

Otro fenómeno controversial fue el comportamiento dual de la luz. En ciertos experimentos esta se comportaba como partícula y en otros como onda, dicha dualidad fue conocida como Dualidad Onda Partícula. En este caso se cuestionaba la lógica Aristotélica que presupone que todo ente está determinado a pertenecer o no a una categoría.

Los intentos de dar respuesta a estos y otros fenómenos originaron la aparición de nuevas visiones sobre la realidad, entre ellas el de la complejidad.

¿Qué entendemos por complejidad?

Un sistema complejo está constituido por un grupo de elementos asociados entre si, que no pueden ser analizados de forma independiente. De la interacción de estos elementos emergen nuevas propiedades que solo existen a nivel sistémico. El grado de complejidad se incrementa a medida que aumenta el número de elementos del sistema. La aparición de nuevas propiedades no implica necesariamente un incremento del número de elementos constituyentes, sino que estos mismos pueden desarrollar nuevos componentes de interacción.

Características de los sistemas complejos.

Los sistemas complejos poseen la propiedad de auto organizarse, esta propiedad consiste en la capacidad de funcionar como totalidad para desempeñar cierta función. Mientras más auto-organizado sea un sistema podrá cumplir o realizar funciones que conlleven un mayor grado de complejidad. La auto-organización genera una nueva estructura jerárquica que acentúa un patrón de horizontalidad y no un poder vertical o centralizado, dando especial importancia a la individualidad dentro de los sistemas.

Los sistemas auto-organizados buscan por sí mismo soluciones, sin la necesidad de una dirección o de un diseño premeditado. Son sistemas intrínsecamente abiertos y flexibles que distribuyen sus funciones a todos los entes participantes y sus conexiones, provocando una mayor autonomía.

A través de la auto-organización aparecen nuevas propiedades sistémicas. Esta capacidad de los sistemas complejos es llamada emergencia. No es posible reducir un sistema auto organizado a sus componentes independientes, pues el sistema emerge como un todo con sus interacciones. La propiedad de emergencia que caracteriza a un sistema complejo no puede ser entendida como la simple suma de sus partes.

Otra característica de vital importancia dentro de los sistemas complejos es su indeterminación. En los años veinte del siglo pasado Heisenberg formuló el principio de indeterminación para el caso de la mecánica cuántica. En este caso él encontró, que algunas variables aparecen asociadas en duplas y mientras más precisas el valor de una, más se indetermina el valor de la otra. En el caso de los sistemas complejos aparece conceptualmente el mismo tipo de fenómeno. Existen interacciones impredecibles, dadas por la propiedad de emergencia, que originan nuevos acoplamientos entre distintas variables. Como consecuencia de estos nuevos acoplamientos, si se perturba una variable se provocan cambios en otras.

Es importante señalar que como observadores finitos y limitados, y teniendo en cuenta que tratamos con sistemas complejos constituidos por un número grande de componentes y conexiones, debemos comprender que el conocimiento absoluto de un sistema es solo una abstracción y que en última instancia podemos solo acercarnos parcialmente al objeto. Todos estos conceptos se contraponen a la visión “materialista” que posteriormente dio Lenin, la realidad como un ente absoluto que solo debe ser contemplado, siendo totalmente independiente de quien la observa.

Dentro de un sistema complejo existen diferentes niveles o escalas y aparecen nuevas dinámicas generadas por las propiedades de auto-organización y emergencia.

La posibilidad de experimentar dos tipos diferentes de retroalimentación, uno positivo y otro negativo es otra característica de los sistemas complejos. El primero refuerza el comportamiento existente, mientras el segundo tiende a amortiguarlo.

No linealidad y caos en los sistemas complejos.

La no linealidad es vista como la propiedad de un sistema, de responder en forma no proporcional a la causa, esta es una característica típica de los sistemas complejos. Otra característica es su alta sensibilidad a las condiciones iníciales, caos.

Otros aspectos importantes.

La física clásica parte de la hipótesis de que es posible medir los valores instantáneos de todas las cantidades físicas. La mecánica cuántica no relativista no rechaza que podamos tener dichos valores, pero indica que no todos pueden ser medidos simultáneamente. Por último en el caso de la mecánica cuántica relativista se rechaza la posibilidad de tener valores instantáneos de las variables físicas.

Otro de los conceptos que apareció con la mecánica cuántica es el “quantum”. Esta nueva noción nos define que las cantidades físicas no aparecen en forma continua, sino en unidades enteras de un bloque básico. En el caso de los sistemas complejos se ha usado el mismo concepto de bloques básicos o “building blocks” para describirlos. La introducción de un sistema de multiniveles para los que existen bloques básicos en cada estadio, crea un acercamiento completamente distinto al tradicional. En especial cuando se analiza la dinámica entre los diferentes estadios.

No se debe terminar este resumen sin mencionar el hecho de que en los sistemas complejos el tiempo no corre igual en los diferentes niveles, algo que conocemos de forma intuitiva. Un elemento importante ligado al tiempo son los ciclos, fenómeno inherente a cualquier organismo. Asociar este fenómeno al posible colapso de los sistemas constituye una ignorancia de las leyes, pues los ciclos son procesos normales y esenciales de cualquier sistema vivo. Estos últimos también constituyen un mecanismo esencial de autorregulación y autogeneración.

Caso económico y social.

Primeras nociones.

Las sociedades pueden ser analizadas como sistemas complejos, es decir podemos establecer ciertas analogías con los sistemas vivos. Los primeros en mencionar esta posibilidad fueron los fisiócratas en el siglo XVIII. Ellos compararon el sistema económico y el cuerpo humano, mencionando que un correcto funcionamiento de los órganos, implicaba un fluir libre de la sangre. Sin embargo esta visión no tuvo un gran impacto y quedó en el olvido.

En el siguiente esquema se reflejan las diferentes dinámicas de un grupo humano. Cuando nos referimos a estructuras que toman en cuenta no solo movimientos físicos y distribuciones jerárquicas, la descripción geométrica se hace casi imposible.

Yaneer Bar-Yam

Posteriormente fue Adam Smith (1723-1790) quien con su famosa frase de “la mano invisible” del mercado, que mueve a la economía a ser más eficiente, revivió la noción sobre la existencias de leyes que funcionan a un nivel sistémico. Estas leyes según sus conclusiones no pueden ser completamente descifradas por nosotros. Si bien él no definió con exactitud dicho proceso, si nos remite a la existencia de leyes más allá de nuestro alcance que impulsan y dan dinamismo a la economía. Estamos hablando de las primeras intuiciones de complejidad y auto-organización.

La revolución industrial (XVII- XVIII) marca sin dudas un salto cualitativo en las relaciones dentro de los grupos humanos, teniendo como una de las principales transformaciones el cambio de sociedades rurales a sociedades urbanas e industriales. Es un periodo donde la sociedad comienza un proceso de restructuración de las normas sociales y formas de relación. El fortalecimiento de nuevas clases económicas trae consigo nuevos balances de poder y se crea nuevas interacciones dentro de la red social. La complejidad se va haciendo presente como una característica del nuevo sistema social.

Las viejas instituciones no responden ya a las nuevas dinámicas y se imponen la necesidad de crear instituciones de nuevo tipo con una mayor complejidad. Estas instituciones deben defender y proteger simultáneamente a la comunidad, a la persona y la propiedad de todo asociado, buscando mantener el mejor equilibrio entre las demandas de todos los involucrados. Aparece la idea del contrato social de Rousseau (1712-1778).

Yaneer Bar-Yam

Como podemos ver en el siguiente esquema la forma de ensamblar los elementos del sistema nos pueden proporcionar resultados muy diferentes.

Sin dudas la sociedad constituye un sistema de multiniveles extremadamente diverso donde el individuo seria su estructura más básica pasando a formaciones colectivas más estructuradas.

Crítica a la visión marxista.

El marxismo entra en escena a mediados del siglo XIX. Si bien dentro de sus puntos de vista analiza la dinámica económica, política y social como algo sistémico, extrapola los viejos principios newtonianos a la sociedad, generando contradicciones en su visión antropológica.

Las interacciones sociales son las encargadas de crear redes que a su vez van generando nuevas dinámicas e instituciones. En este punto es importante señalar que las propiedades de auto-organización y de emergencia juegan un papel esencial y de ellas va a depender en gran medida la evolución del sistema.

El marxismo reduce las relaciones jerárquicas a la no reconciliación de las clases sociales. Sin embargo durante la revolución industrial el desarrollo tecnológico consiguió sacar de la pobreza a una parte importante de la población. Las tensiones sociales y los enfrentamientos pero también los nuevos puntos de acuerdo y capacidad de negociación, generaron una nueva dinámica en las nacientes sociedades industriales, rompiendo así las predicciones de los teóricos marxistas sobre un inminente colapso social. Mientras en una sociedad se permita que los mecanismos de auto-organización cumplan sus funciones el sistema tendrá la posibilidad de encontrar respuestas de manera espontánea a los nuevos retos.

Es en aquellas sociedades donde las libertades individuales no han podido abrirse paso, donde la visión marxista ha encontrado asidero. En estas sociedades la falta de mecanismos democráticos y la incapacidad de auto-organización crean relaciones asimétricas que instauran la violencia como única vía de dirimir conflictos. La ausencia de un estado de derecho elimina la posibilidad de solución dentro del marco de la legalidad repitiendo patrones completamente verticales de jerarquías típicas de los siglos XVII y XIX que siguen sin privilegiar al factor de cooperación como elemento esencial para la transformación a una sociedad moderna.

Si bien el marxismo reconoció la ley dialéctica de “Unidad y Lucha de Contrarios”, no comprendió que en el plano social unidad implica, entre otras cosas, la capacidad de cooperación como mecanismo para solucionar conflictos. Esta omisión crucial a la hora de comprender la dinámica social, fue un error aun más acentuado en Lenin, que planteó el ejercicio de la violencia como forma legítima de solventar diferencias.

Concebir las transformaciones sociales como producto del establecimiento de acuerdos, provoca un salto cualitativo esencial en las sociedades y rompe el viejo ciclo de víctimas y victimarios. Incluso ejemplos como el de lucha no violenta puede ser enmarcado en la visión de cooperación, pues decide mover las bases de la lucha por los derechos a un plano de respeto mutuo.

Finales del XIX mediados del XX.

En la segunda mitad del siglo XIX Herbert Spencer retoma la idea de la sociedad como organismo. En su cosmogonía él parte de un universo indiferenciado, homogéneo a uno complejo, diferenciado y heterogéneo. Esta visión la traslada a lo humano y establece la existencia de dos tipos de sociedades:

1) Sociedad Militante: estructuradas alrededor de relaciones de jerarquías y obediencia. Simple e indiferenciada.

2) Sociedad industrial: basadas en la voluntad, asumiendo obligaciones sociales, complejas y diferenciadas.

Spencer ve dentro de la evolución un objetivo final que concibe como el fin de la evolución social. Dentro de su posición aparecen pilares que serán adoptados por Friedrich Hayek y la escuela de Austria.

Otro pensador que hizo aportes a la complejidad fue Vilfredo Pareto, definiendo el concepto “Máximo Paretiano” en el cual todos los elementos de un sistema alcanzan un máximo de eficiencia bajo condiciones de cooperación.

La aplicación de la teoría de la evolución de Darwin y la visión de Adam Smith en lo social, constituyen ejemplos en los que se acostumbra a enfatizar el carácter competitivo, sin embargo en los sistemas complejos y la sociedad dentro de ellos, los elementos componentes pueden ser contrarios a cierto nivel y aliados en otro. El factor de cooperación juega un rol de extrema importancia sin el cual es imposible entender las sociedades contemporáneas.

Cabe preguntarse, ¿No es acaso una muestra de adaptabilidad la capacidad de cooperación y sinergia de un ser vivo con su medio ambiente? ¿No es acaso esto una muestra clara de auto organización sistémica y coevolución? De esto podemos concluir que en el plano social competencia y cooperación no son principios excluyentes. Desde el momento que acordamos ciertos puntos básicos dentro del contrato social, la competencia puede ir evolucionando para llegar a términos en los cuales las partes logren mayores ventajas. Si se rompen las bases de la cooperación la sociedad entra en un periodo caótico.

En los movimientos caóticos todos los participantes salen afectados en el mediano y largo plazo. Existen múltiples ejemplos de sociedades fallidas por el total colapso de la credibilidad y sentido del respeto. América Latina es un claro ejemplo de estos baches sociales los cuales llegan a lucir completamente insalvables.

Dentro del punto económico es esencial remarcar que cualquier factor ya sea de índole político o económico que amortice los mecanismos de auto organización contribuirá a frenar la mayor eficiencia del sistema.

Toda economía de libre mercado necesita de la cooperación, la confianza y la transparencia como elementos esenciales que proporcionan un funcionamiento más eficiente. Un aspecto fundamental para que estos elementos existan lo constituye el establecimiento de un estado de derecho que garantice el respeto a la propiedad. Los sistemas donde existe un estado de derecho establecido sobre las bases del acuerdo logran mayores éxitos tanto económicos como sociales.

La primera mitad del siglo XX estuvo marcada por dos momentos en lo económico. Uno inicial donde el libre mercado comenzó a florecer, creando un fuerte crecimiento económico que fue frenado a raíz de la primera guerra mundial y con la posterior crisis del 29. Durante este período fue manifiesto el peligro de no establecer un marco legal que garantice la transparencia como elemento esencial del mercado. En esta etapa aparece von Mises miembro de la escuela de Austria como un firme defensor del libre mercado. Ellos buscaban en el factor humano, en la libertad e imprevisibilidad del individuo, la fuente del desarrollo económico y social, a diferencia de otras tendencias de la época. Planteaban la existencia de la auto-organización y de los ciclos como elementos esenciales dentro de la economía y rechazaban el colectivismo, argumentando que solo podía ser sostenido con un mando central.

El segundo periodo, desde la gran depresión hasta los años setentas, el control de la economía por el Estado estuvo en su punto más alto, incluyendo tanto a los países comunistas como a los capitalistas. En este período la voz más escuchada fue la de John Mayer Keynes (1883-1946), padre de la macroeconomía y firme defensor del llamado Estado de Bienestar.

Respecto al papel del Estado y el individuo Keynes expresó: “Yo creo que en muchos casos el tamaño ideal para la unidad de control y organización descansa en algún lugar entre el individuo y el estado moderno. Yo sugiero que el progreso descansa en el crecimiento y el reconocimiento de semiautónomos cuerpos dentro del estado, cuerpos cuyos criterios de acción dentro de su propio campo. Regreso a la concepción medieval de autonomías separadas. Corporaciones públicas en vez de compañías privadas”.

Podemos entender entonces que una economía centralizada dictada por un individuo, grupo o consejo trae como inmediato resultado la anulación de los mecanismos que se crean cuando el sistema no puede ejercer su auto-organización.

El siglo XX ha estado marcado por un enfrentamiento constante entre las fuerzas que buscan establecer rígidos órdenes jerárquicos y las que buscan sistemas más democráticos. Esta lucha ha tenido avances y retrocesos, son muchos los ejemplos que muestran como a veces en la búsqueda de sociedades más horizontales se crean sistemas totalitarios con rígidas estructuras jerárquicas, entre ellas: monárquicos, monopólicos, comunistas, fascistas. Sin embargo existen claros indicios en las sociedades contemporáneas de una evolución global a sistemas más auto-organizados y horizontales.

Segunda mitad del siglo XX.

La segunda mitad del siglo XX se caracteriza por la coexistencia de los sistemas capitalista y comunista. Si bien los seguidores del marxismo se declaraban como los fieles defensores de los obreros el experimento terminó construyendo un sistema con estructuras aun más rígidas que las del capitalismo monopolista. La economía y el poder se centralizaron y los individuos y las sociedades perdieron la posibilidad de autogenerar los cambios necesarios para evolucionar de forma gradual.

Al final de los años setenta el modelo del estado de bienestar se agotó, debido a una fuerte crisis económica que trajo consigo el aumento simultáneo de la inflación y el desempleo. Comenzó entonces un periodo de liberalización, se desregularon los mercados y privatizaron muchas empresas de propiedad estatal. Este proceso tuvo como fuente de inspiración las ideas impulsadas por Frederick von Hayek y Milton Friedman.

El colapso del bloque comunista de la Europa del Este, en los ochenta, puso de manifiesto la importancia de no reprimir la economía sino usarla bajo reglas adecuadas que permitan un mejor desempeño de todos sus participantes.

Actualmente el capitalismo se mueve a formas más dinámicas y democráticas para evitar mayores tensiones sociales con un aumento de los derechos ciudadanos y la creación de más mecanismos para el control del poder. En los últimos años del siglo pasado aparecieron las ONGs, fundaciones y otras iniciativas ciudadanas que potencian la acción de la sociedad civil. El desarrollo de la prensa como un factor esencial y de los nuevos medios de información, posibilitan una mayor participación en el poder.

Actualidad.

La globalización no es creación de un individuo o un grupo particular, ni siquiera es algo deseable o no, es un hecho espontáneo que responde a las necesidades del mundo moderno donde las comunicaciones y el tránsito de la información han cambiado completamente la dinámica existente.

Desde la complejidad podemos entender la globalización como un funcionamiento más sistémico a nivel global entre los diferentes actores del planeta. Si bien es evidente que muchos aun no participan del proceso, también es claro que el número es cada día mayor. Vivimos en un planeta cada vez más interrelacionado e interconectado que obliga a la creación de nuevas instituciones que respondan a estructuras más dinámicas.

Nuevos fenómenos como el nacimiento de uniones supranacionales como la Unión Europea, dejan atrás la visión estricta del Estado Nación. En contraste permanecen estados enfrentados al reto de concebirse como naciones o separarse en territorios independientes. Todo es parte del pulso de una estructura cada vez más orgánica.

Resulta un fenómeno nuevo que la estabilidad de superpotencias dependan de naciones pequeñas y remotas, un ejemplo claro es el de USA y Afganistán. También puede resultar interesante que la crisis financiera en un país pueda afectar directamente a los mercados del resto del planeta. Estos ejemplos vistos ya en los noventa se vuelven hoy más evidentes. ¿Hasta qué punto se puede seguir manteniendo un orden legal restringido a las naciones estados, cuando las políticas internas pueden traer consecuencias a nivel global?

En esta revolución de la información la acumulación de conocimiento y el flujo de este, garantizan que haya un desarrollo social y no un movimiento cíclico o sin dirección.

Veamos un esquema que describe el desarrollo histórico en términos de complejidad.

Yaneer Bar-Yam

Cada época está marcada por diferentes paradigmas. En la actual el fluir de la información y la tecnología encuentran un suelo común donde debatir y resolver muchos de los dilemas del presente.

Cuba de cara al nuevo contexto.

Resulta muy interesante realizar un análisis de nuestra situación en el marco de la complejidad. Cuba se encuentra a las puertas de un proceso de transformaciones profundas que debe realizarse desde la perspectiva más global y abarcadora posible. Nuestro país necesita con urgencia de cambios profundos en lo político y lo económico, que generen una nueva estructura social.

En pleno siglo XXI es esencial analizar el desarrollo de las naciones como un proceso que no solo se refiere al sector económico, sino que engloba varios aspectos socio-políticos desde una visión más holística. Como explicamos anteriormente las sociedades se estructuran como sistemas de multiniveles y en cada uno sus “building blogs” o elementos básicos deben tener la posibilidad de establecer un orden espontáneo o auto-organizarse. Esta asociación espontánea garantiza que propiedades como la emergencia, puedan cumplir su función.

En 1999 James D. Wolfensohn ya planteaba un nuevo marco integral para analizar el desarrollo en términos de tres factores:

1) Desarrollo de Instituciones sociales ( sistema de gobierno, sistema judicial, instituciones financieras y programas sociales)

2) Condiciones humanas: educación y salud

3) Infraestructura física: agua, energía, transporte y protección ambiental.

En la misma dirección, un reciente artículo escrito por Francis Fukuyama y Brian Levy busca establecer los elementos esenciales, o “building blogs”, que componen una estrategia de desarrollo, valorando a este como el sistema de multiniveles que es. Los elementos que ellos establecen son:

1) Crecimiento económico.

2) Desarrollo de la sociedad civil.

3) Constitución del Estado.

4) Instituciones políticas democráticas, incluyendo ambas, un estado de derecho y un sistema electoral democrático.

Analicemos en más detalles estos cuatro elementos que sin dudas crean el suelo necesario para que una nación pueda mostrar un dinamismo social pujante:

1) El desarrollo social lleva implícito el crecimiento económico, pues este último proporciona la posibilidad de mejores condiciones de vida, tanto a nivel individual como de nación. El crecimiento económico también brinda potencialmente, que tanto los individuos como el Estado puedan disponer de recursos para desarrollar sus proyectos. Para el caso específico del Estado, estamos hablando especialmente de aquellos proyectos que a su vez permitan un crecimiento a largo plazo como: los tecnológicos, de infraestructura, entre otros. El crecimiento económico va sin dudas de la mano del ejercicio de la libertad económica, la cual es una condición necesaria, si bien no suficiente, para el establecimiento de una sociedad próspera.

2) La sociedad civil es el motor que genera no solo nuevas estructuras sociales, sino también impulsa la renovación de las instituciones estatales logrando que estas se ajusten a las crecientes demandas sociales. La retroalimentación entre la sociedad civil y el Estado debe ser un factor que juegue a favor del desarrollo de las naciones. Una sociedad civil vigorosa solo se produce cuando los individuos tienen la posibilidad de interactuar en un marco de pleno respeto a las garantías individuales, regido por un estado de derecho. Todo Estado debe garantizar el ejercicio de las libertades económicas y políticas, y nunca debe convertirse en una camisa de fuerza de la sociedad. La sociedad civil contemporánea debe ser vista como un entramado de redes con altísima conectividad, formado desde el individuo como entidad, hasta estructuras sociales más complejas, ya no solamente enmarcadas en un contexto nacional sino transnacional.

3) Un Estado efectivo debe tener como principal objetivo el establecimiento de la ley y el orden a través de un estado de derecho. Esto garantizaría el marco propicio sobre el cual descanse la dinámica social, en la cual exista un gobierno de las mayorías pero con un respeto total hacia las minorías. La separación de poderes es un punto crucial para evitar los estados totalitarios y opresivos. Solo así es posible que los individuos puedan gozar de los beneficios que le reporta pertenecer a una nación. La constitución del Estado es en sí mismo un proceso multidimensional, empieza por la capacidad de concentrar el poder coercitivo de un territorio y pasa por la capacidad administrativa y de oferta de servicios eficientes, así como el control de la corrupción. El control por parte del Estado, de la ley y el orden es una condición necesaria para que el país funcione como entidad. En la actualidad la visión de Estado nación ha comenzado a desdibujarse con la aparición de uniones supranacionales. Es muy importante señalar que en esta perspectiva un Estado efectivo no es un Estado grande y es la contraparte de un Estado totalitario.

4) El establecimiento de instituciones políticas democráticas juega un papel esencial en cualquier estrategia para el desarrollo. La creación de mecanismos de transparencia, el establecimiento de leyes que eviten la competencia desleal y los monopolios son sin dudas elementos básicos para crear una sociedad dinámica. Cualquier sistema que se base en el establecimiento de monopolios ya sea estatal o de grupos privados, amparados o no en instituciones de gobierno, estarán condenando al país a un fracaso en el largo plazo. Nuestra economía es un claro ejemplo de cómo el monopolio estatal termina ahogando la iniciativa individual y logrando altos niveles de ineficiencia e inoperancia. Otros casos como el de México muestran el resultado de una economía basada en la combinación del monopolio estatal asociado a grupos de intereses. Esta nefasta combinación terminó creando en el país azteca lo que en su tiempo se le llamó “una dictadura perfecta”. Las instituciones estaban completamente al servicio de grupos específicos y el país estaba muy lejos de funcionar como un estado de derecho. Se mantenía un débil estado de legalidad, que respondía a los intereses de los grupos de poder. Es necesario que entendamos el crecimiento del crimen organizado, carteles de la droga, como un resultado directo de la falta de credibilidad democrática.

Para comenzar un proceso de transformaciones en nuestro país, se debe ante todo contemplar todos los elementos que tomarán parte. Tomando en cuenta el análisis previo, resulta evidente que una estrategia de desarrollo implica cambios más abarcadores a niveles más profundos. Todas las transformaciones deben ir destinadas a impulsar mecanismos más eficientes que estimulen la dinámica social (auto-organización), buscando un apoyo directo en nuestra experiencia y la de otras naciones.

Hay tres bloques básicos que pueden constituir la base para estas transformaciones. Esta base garantizaría un proceso de desarrollo a mediano y largo plazo y nos evitaría pasar por situaciones innecesarias y dolorosas. Estos tres elementos son:

1) Establecer un marco legal donde queden plenamente establecidos en forma clara y transparente los derechos individuales contenidos en la declaración universal de los derechos humanos, de la cual Cuba es signataria.

2) Emprender una modernización del Estado, que tenga como objetivo principal la creación de estructuras descentralizadas y democráticas. Contemplar dentro de este proceso, entre otras, una reforma tributaria y los correspondientes mecanismos de fiscalización y transparencia; buscando el mejor balance entre el funcionamiento del mercado y las responsabilidades sociales contraídas por el Estado.

3) Insertar a nuestro país en el proceso de modernización y globalización que rige al mundo contemporáneo. Inserción que conlleva un libre flujo de información, libertades para el movimiento de personas así como una apertura a la inversión, estimular especialmente a los cubanos tanto los que residen dentro como fuera de la isla a ser partícipes del proceso de renovación.

Conclusiones

Partiendo de la visión de que la sociedad es representable como la unión de entramados de redes, que habitan en diferentes niveles, y que responden a estructuras y dinámicas diferentes, mediante las cuales se generan propiedades emergentes, es entonces posible entender por qué se hace necesario dejar a un lado la pretensión de construir falsos planes de desarrollo y en cambio se deben liberar las fuerzas y potenciales de la sociedad.

Otro aspecto que aun introduce más indeterminación en nuestra sociedad es que el mundo contemporáneo nos muestra que las sociedades ya no pueden ser vistas solo como realidades nacionales, sino que debemos entenderlas como entidades transnacionales. La creación de nuevos niveles en estas estructuras sociales dependerá de la capacidad de autogenerarse a partir de un orden espontáneo y de su interacción con el entorno.

El resultado de estas dinámicas no es ni siquiera predecible, por lo que planificar su surgimiento y posterior evolución, resulta cuando menos utópico. Nuestra aspiración debe ser establecer estrategias que faciliten y estimulen ese orden espontáneo como elemento generador y dinamizador de la sociedad y garantizar la existencia de una sociedad abierta.

Respeto pero no entiendo, que se hable de más socialismo como solución a los profundos problemas de nuestra sociedad. Si hemos llegados a este punto, ha sido por la puesta en prácticas de utopías perfeccionistas que obvian una y mil veces al ser humano real y que pretenden a toda costa construir un Frankestein, que solo existirá en elucubraciones y malabarismos intelectuales.